octubre 2020

SOMOS LO QUE PENSAMOS

Si pudiera leer el pensamiento de otra persona, sabría cómo es esa persona, sabría quien es, sus ideas y sus conductas. Uno de los mayores problemas que tenemos en nuestro día a día es la elección de nuestros pensamientos. El gran Marco Aurelio, gobernador del imperio romano y gran filósofo, dijo: “Nuestra vida es la obra de nuestros pensamientos”. Si tenemos pensamientos de alegría, seremos alegres, si tenemos pensamientos de temor, seremos miedosos, si tenemos pensamientos hipocondríacos, seremos hipocondríacos y/o enfermizos, si nos victimizamos y nos quejamos constantemente, la gente se alejará de nosotros, etc…. Es decir, debemos afrontar la vida con una actitud adecuada y positiva. Ocuparnos y no preocuparnos. Por decirlo de otro modo, podemos tener inquietud por una situación pero no preocupación. Lo primero te hace estar alerta ante algo que está presente, como puede ser ir acompañado de tu hijo en medio de una multitud, estarás alerta y pendiente de agarrarle la mano, de no perderle, es algo que está sucediendo en ese instante, sin embargo, estar en casa antes de salir e imaginar lo que podría o no suceder al salir es pre-ocuparse.  La preocupación es desgastarte de manera inútil ante algo que aun no ha sucedido. Nuestra tranquilidad y nuestro alegría y optimismo no dependen de dónde estamos, de lo que poseemos o de lo que somos, sino de tener una actitud mental adecuada. Tengamos en cuenta la visión que tenemos a cerca de un mismo hecho. Pongamos el ejemplo simple de un día de lluvia en la playa. Habrá personas que ir a la playa en un día de lluvia les podrá molestar e incluso amargar el día a él y los que le rodean, sin embargo otra persona puede tener una visión totalmente distinta de la misma circunstancia y ver un día de lluvia como la oportunidad para bañarse debajo de la lluvia y hacer algo distinto y divertido. El día de playa con lluvia es el mismo para ambos, pero la actitud delante del el mismo echo es totalmente distinta. Buda tiene una gran frase muy conocida que dice “Somos lo que pensamos, todo lo que somos se levanta con nuestros pensamientos. Con ellos creamos el mundo” Si nos cuesta cambiar nuestra actitud os propongo una serie de pautas que os pueden ayudar a ello. Lo más importante es coger conciencia de con qué actitud nos levantamos cada mañana y si vemos que no es la adecuada, mirar de rectificarla lo antes posible, para ello ayuda enviarse mensajes positivos para el día que viene. La felicidad es algo interior, no viene de fuera. Acepto quien soy, acepto a mi familia, mi trabajo y mi suerte y voy a encajarlo bien. Voy a cuidarme, me alimentaré mejor que ayer y cuidare mi vehículo que es mi cuerpo haciendo ejercicio físico. Hoy aprenderé algo útil, leeré algo que me ayude a ser mejor. Voy a ayudar a alguien sin que el lo descubra Sólo por hoy voy a ser agradable. Voy a cuidar mi aspecto físico aseándome y vistiendo bien. Voy a vivir este día sin pensar en mañana. Abordaré los problemas cuando se presenten y no antes. Voy a hacerme una lista de las tareas del día y las tacharé a medida que las vaya haciendo. Voy a tener 30 minutos de paz y descanso. Voy a disfrutar de este día.

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TRABAJAR MÁS NO TE HARÁ GANAR MÁS

He buscado el origen de la palabra “crisis” y viene del griego “Krísis” que significa “decisión”, Y del verbo “krino” que significa “yo decido, separo, juzgo”, designando el momento en el que se produce un cambio muy marcado, por ejemplo, una enfermedad, un cambio significativo en la vida de una persona o de una comunidad, un cambio brusco en la naturaleza, etc. Si nos basamos en su origen, está claro que la crisis te lleva a tomar decisiones para adaptarte a la nueva situación, es un instinto de supervivencia, todo con tal de sobrevivir. Llegado a este punto, entiendo que una crisis, tal como dicen muchos sabios es una oportunidad de mejorar y es por eso que este post aunque cada vez hay más paro y se trabaja menos, contribuye a aportar algo positivo a aquell@s que quieren crecer en todos los ámbitos de la vida, así que vamos con el post. Este artículo está inspirado por el libro “La semana laboral de 4 horas” de Tim Ferris, y te comparto mi opinión a cerca de el. Estamos en la cultura de “Si estás ocupado, eres productivo, y si lo eres, eres valido” al igual que otra dicha que es que la mayoría de nosotros trabaja para llegar a los 65 años y poder “disfrutar” de la vida lo cual es otro grave error desde mi punto de vista. Ni en el pasado ha sido viable esta frase, pues con 65 años la mayoría ya no le da ganas ni de levantar la ceja, sobre todo aquell@s que han llevado una vida más sedentaria y rutinaria. Estamos en una sociedad donde se nos ha convencido que trabajar dignifica al hombre, y como decía el gran Rubianes, y los cojones…..perdón, prosigo, la consigna principal es contribuir a la sociedad, trabajando, pero seamos claros, sobre todo para pagar al estado a través de los impuestos y por supuesto a los bancos a través de los créditos. Es decir que el 90 % de la población está en una “gran cadena de montaje” para enriquecer a través de la producción, venta y consumo a esos pocos “señores” que están en la parte alta de la pirámide. El resto de los que actualmente trabajan, se pasa un mínimo de 40 horas semanales trabajando en algo que no le gusta para acabar llegando a final de mes, en muchos casos con nada de ahorro y más deuda. Y así vamos tirando mientras los ricos desde el trasportín del carruaje nos achuchan para que no paremos ni a respirar, de manera sutil y maquiavélica, a través de los anuncios publicitarios, las noticias y las redes sociales y en esa dirección nos vamos como mínimo hasta los 65 años, añado que esto va a cambiar para peor ya que la esperanza de vida cada vez es mayor y por tanto acabaremos jubilándonos más tarde con casi total seguridad, de echo hay muchos países mas productivos y potentes que España, pongo de ejemplo Alemania donde los jubilados trabajan y mucho para poder llegar a final de mes. Este es el sistema que interesa a los estados y a los bancos y, que no me quiero olvidar a los nuevos gigantes, amazon, Facebook, etc…, más productividad, mas consumo, más recaudación de impuestos y también más deuda. Dedicas la mayor parte de tu vida a trabajar y descansas 1 ó 2 de cada 7 días como mucho. Disfrutas de tu descanso haciendo casi nada, por que no te queda energía, aun así sales y disfrutas de esos paseos y salidas entre la multitud. Eso es vida, ¿a que si? Resumiendo, que acabas sacrificando los mejores años de tu vida, en los que tienes más energía y vitalidad para lo que te han enseñado e inculcado, trabajar, es decir producir en “la cadena de montaje” para poder después disfrutar de tu larga y enérgica vejez. Esto sería y es la visión más convencional y en la que nos han instruido y adoctrinado muy bien, trabajar casi sin descanso y duramente para pagar. Lo que denomina Robert Kiyosaki “La carrera de la rata”. Quiero aclarar que ni el autor, ni yo en este artículo, estoy hablando de no trabajar o de vivir “a la bartola”, ya que ese otro polo tampoco es precisamente muy saludable, más bien todo lo contrario, pero hay que romper las creencias sobre trabajar tanto y encontrar la manera de trabajar en aquello en lo que tu eres brillante o que te encanta hacer, ese es el primer paso para dejar de trabajar y transformar la calabaza (el trabajo) en un carro majestuoso (pasión). Hay una serie de creencias con respecto a trabajar mucho que sólo te limitan e impiden que disfrutes más de tu tiempo, lo más preciado que tenemos. Una de estas creencias es la de “Es necesario trabajar muchas horas para producir más”:  Lo cual no es del todo cierto, ya que no dispones de la misma energía al comienzo de tu jornada que al final. Puedes ser mucho más productivo si dedicas 4 horas a tu máximo nivel y dando lo mejor de ti y el resto lo dedicas a descansar o a cuidarte. De echo, todos tenemos biorritmos distintos por lo que hay personas que a primera hora de la mañana es cuando más frescos y mayor energía tenemos y hay otras personas que le sucede a la inversa y es por la tarde o noche cuando dan lo mejor de sí. El resto de horas, las capacidades disminuyen notablemente debido al desgaste y rendimos menos de al 20% de nuestro auténtico potencial. “Si trabajas poco es que eres un vago”: Lo importante no es que PAREZCA que estás ocupado o que NO PARAS, si no que seas realmente productivo en tus horas. Volviendo al punto anterior, puedes ser mucho más productivo y generar mucho más dinero trabajando solo dos horas a tope que otra persona haciendo 10 horas a “medio gas”. Lo importante es estar orientado a los resultados y no

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